(16 de septiembre de 2014. El Venezolano).- Cuando llegas al aeropuerto internacional Arturo Merino Benitez, ubicado en Santiago de Chile, es inevitable hacer amigos casi de inmediato. Las voces que escuchas alrededor te hacen ver que no eres el único venezolano a la espera de un sello de entrada al país. La migración de talentos que intentan refugiarse en otro lugar mejor al que abandonan, es cada vez mayor.
Si caminas por las calles de Santiago con un atuendo relacionado con Venezuela, casi el 50 por ciento de quienes te observan te alzan la mano como símbolo de saludo. Algunos se atreven a dar un paso más allá: “¿Cómo están en Venezuela?, por lo que vemos en las noticias, muy mal, ¿no?“, te preguntan.
Pero cuando uno lleva al país en eso que llaman el alma y que nadie puede ver ni tocar, es imposible entablar una conversación para decir que Venezuela es, actualmente, el peor país del mundo; afirmación que para muchos sería la más adecuada por su infinita lista de problemas. “¡Ahí vamos!”, es lo mínimo que un venezolano podría responder para evitar la pregunta obligada que generalmente vendría a continuación: “Y tú, ¿por qué te viniste?”.
Mónica Pallotta es una joven de 27 años, modelo, de un metro 76 centímetros, aproximadamente. El 4 de junio pisó tierra chilena. Se desprendió, temporalmente, de su familia, de su entorno social, de su eterno amor por Venezuela. “No podía más, en Venezuela no tengo futuro, no hay oportunidades de crecimiento, no hay trabajo y la inseguridad ni hablar”, fue lo primero que respondió ante la pregunta obligada.
La chica cuenta que el camino de inmigrante no ha sido fácil. “Aquí (y como en todos lados) hay que venir a guerrear”, expresó con un ánimo de lucha que la impulsa a levantarse diariamente en las mañanas para cumplir con el trabajo que consiguió en Santiago de Chile.
Su trámite de migrante profesional aún no lo ve cristalizado por la falta de título. Es licenciada en Educación Inicial, egresada de la Universidad de Carabobo, pero la institución aún no realiza el acto de grado respectivo para la entrega de pergaminos.
- Aumento migratorio
De acuerdo a un estudio al que tuvo acceso el diario La Tercera, el número de migrantes internacionales en Chile pasó de 107 mil 501 en 1990 a 398 mil 251 en 2013, lo que representa un aumento de 290 mil 750 personas.
Las cifras de 2013 que arrojó el Departamento de Extranjería de Chile, demuestran que en ese año fueron otorgadas mil 463 permisos de residencia temporal entre estudiantes (82), personas sujetas a contratos (662) y profesionales (719). Durante 2012, se aprobaron mil 217, es decir, en un año hubo un aumento de 246 solicitudes.
Durante 2013 también fueron otorgados permisos para permanecer definitivamente en Chile, a 552 personas; un aumento de 41 solicitudes, en comparación con las 511 del 2012.
Chile es un país con muchas oportunidades de trabajo. Su capital, Santiago de Chile, fue considerada recientemente por la empresa Indra, como una de las dos mejores ciudades de Latinoamérica para vivir, acompañada de Medellín, en Colombia. El servicio de sanitario, uso de las tecnologías y la limpieza en la ciudad, impulsaron el veredicto final.
Dicen los chilenos que en Santiago de Chile la gente se muere del frío, pero también se muere de calor, pues el país cuenta con las cuatro estaciones climáticas y la ubicación geográfica de su capital tiene forma de una olla, cuando llega el invierno las bajas temperaturas se concentran en un mismo lugar, y cuando se instala el verano, ocurre exactamente lo mismo.
Kervin García Mannillo / El Venezolano
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